jueves, 24 de abril de 2008

Bolsillo

Una historia trillada: Una mujer extraña a un hombre. Se levanta en la madrugada y recorre los cuartos de una casa que compartió con él. No duerme en la misma habitación porque no se soporta ese dolor aún. Se fuma un cigarro, dos, mientras llora y recuerda y confirma que la añoranza no llega a nada. Un montón de recuerdos de un amor extraordinario que al fin terminó. Todos los amores tienen algo de extraordinario, todos son únicos en su especie. Finalmente, caminando por la calle en un día de lluvia, el reflejo de su rostro en los charcos es eso: el reflejo de su rostro, el de su imagen aislada, separada de todo.No más. Un ser que llegó solo y solo ha de irse.
Una mujer mantiene su vida en el día a día, adiestrando la inquietud. Lugar común:No lograr olvidar, no lograr no querer. Mira la luna llena y piensa en lo que él le decía sobre las lunas de octubre. Mira fotos, camina, va aquí y allá y en el bolsillo del vientre él guardado, él dormido.

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Soy un árbol que desea viajar en tren