En esta lenta, dulce tonada se comprimen los últimos ayeres. Sombras de días apenas pasados, frescos espacios por la memoria recuperables.
Si pudiera volver a caminar por aquellas calles de tímido sol, si pudiera vestirme de luz.
Despeinada, vestida para la ocasión, con los labios olorosos a coco, me gustaría pertenecer al reino del camaleón.
Desterrada por trigésima vez busco en las bolsas de mi saco de pana gris el reloj de leontina y allí, brillantes como lágrimas por caer, los minutos descarados de mis días pasados se resisten a difuminarse creando un tiempo aparte.
Maniquí cooperativo, admito que me gusta esta tonada,melosa forma de volverme luna, girando alrededor de lo que he decidido debe importarme.
lunes, 22 de septiembre de 2008
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Soy un árbol que desea viajar en tren
1 comentario:
usted atinandole a las estaciones,
siga dandole carajo
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