No puedo andar atrás en el camino que he recorrido. Los paisajes vistos pueden volver, sí, pero no acompañada de las mismas gentes....quizá. Si vuelvo con la misma compañía no tendré la misma edad que tenía, mi apariencia será otra, mis pensamientos se arremolinarán distinto, calzaré otros zapatos, mis deseos serán de otros colores, la humedad en el aire será menor o mayor, no lo puedo saber, el aire desordenará mis cabellos en otra dirección.
Cartas viejas, frases memorables, besos intensos, lluvias, otoños, fotos, claves. Hoy tengo humor de juntar los recuerdos y quemarlos cuando el sol se esté poniendo. ¿Pero eso de qué serviría? mi mente sigue estando.
Retazos de una vida/caleidoscopio, revelaciones sencillas en cada despertar, minutos que llevan mis pasos a la coherencia o a la demencia, eso ya depende de mí.
No puedo andar atrás y es una buena opción.
Allá adelante se divisa un árbol de copa ancha y flores incendiándose. No quiero volver a trás en el camino. Me quito los zapatos y los lentes de sol.
Rumor de agua.
El viento me despeina, lo dejo hacer. Un ave del tamaño de mi puño revolotea las ramas de este gigante que ahora me cobija. Trina para mí. La tierra baila debajo de mí, y yo con ella.
miércoles, 8 de octubre de 2008
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Soy un árbol que desea viajar en tren
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