Todo lo que quisiste, por todo aquéllo por lo que imploraste, te fue concedido. ¿Por qué la necesidad de una tregua ahora? ¿Ya te enteraste que la raza a la que pertenecen tus sombras no nace con los dientes afilados?
Eres sólo una aficionada, ovejita, pequeña pluma de paloma apenas percudida.
Todo lo que buscaste, lo obtuviste. ¿Qué fue lo que falló, lo que no decía tu instructivo?
¿Sabes? Mirarte tan extraviada sí le hace mella y la cólera que por hábito se le enreda en los ojos no halla sitio, no sabe qué hacer ante tus maneras infantiles de expresar que te duele. Se te acerca temeroso, tiene miedo de tocarte porque a veces eres una lágrima tan viva que hieres y tu escosor no es sólo cutáneo, se le queda y le palpita y le recuerda que falla aunque él lo único que busque es complacerte.
Desorientado, es una hormiga a la que te gusta arrancarle las antenas y luego, cuando entre tus dedos sientes la delicadeza de sus miembros truncos, lloras y te lo reprochas, te estalla la conciencia, quisieras no quererlo a ese grado, quisieras saber comprender. Él avanza en túneles y lo hace sonriendo; tú corres por veredas soleadas y rara vez sonríes. Tú que te sentías capaz de masticar penurias sin dejar migajas, yaces.
Alzas los ojos para verlo y reconocer que su noción de libertad es verdadera, por más que contradiga a la tuya. Ambos se esclavizan a su particular manera, es verdad también.
Dominó.
Lo miras asustado y las olas de tu llanto no son más por lo que pasa sino por lo que no pasará y él te puede, sus ojos puros e indefensos son el dolor más agudo, más hondo que has sentido en esta, tu vida en blanco y negro. La marea de tu llanto apela a la lucidez que los ha de rescatar, y olas y más olas saladas son en homenaje a tu héroe caído en combate, parado allí, frente a tí, inmóvil de tan herido.
Lo miras enmedio del gran chubasco que te horada, sentado en el borde de ese abismo que entre ambos explota,él es una creación magnífica, llena de bondades y es tan grave que no lo sepa, pero se te ha acabado el lenguaje, tu lengua no resucita más.
Una sábana desértica los cubre, no nacen más flores en un paisaje tan desolado....
Todo lo que quisiste, por lo que pedías, sucedió.Quizá la versión fue más cruda, quizá te faltó indicar los detalles, los colores, las minucias. Seguro que tu héroe guerrillero y libertador no contaba con el pánico, con la angustia, con el miedo que lo cotidiano impone, seguro no sabía que tenía que ser heroico en otros renglones, probando otros tipos de bravura. La noción de libertad jamás los empató. Tú, tan combativa, tan necia, tan poco cruda, ahora casi apopléjica.
¿Dónde quedó el umbral en el que ataban coincidencias?
Seguro que él sabe de balas y armas blancas pero no sabe cómo curar melancolías. Seguro tus lágrimas no le ayudan en nada. Seguro que del amor existen muchas versiones pero tu intolerancia es inquebrantable. Ahora ya no imploras. Sales por las mañanas cuando el sol apenas entibia, con tu chaqueta de camuflaje, a tender una bandera blanca.
martes, 8 de enero de 2008
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Soy un árbol que desea viajar en tren
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