lunes, 24 de noviembre de 2008

Mentol

No hay otros cigarros mas que mentolados, así que bueno. Son largos y te agrada lo estilizado de la forma, que te gustaría trasladar a tus dedos nerviosos que más bien son cortos, delgados eso sí, pero cortos. Caminas el trayecto a casa escuchando una canción que te anime. No te apresuras. No tiene sentido apresurar las cosas en domingo. Todo va espeso. Si necesitaras compañía, podrías caminar unas cuadras y solucionado: está Sergio, está Citlali, Alfonso, siempre tus padres.
¿Para qué sirve la gente, piensas?
La llave se atora cuando intentas abrir la puerta de entrada. Hay que cambiar la chapa; lo anotas en la lista de pendientes. Hasta ese momento jamás habías notado que la pluma emite sonido al encajarse sobre el papel para inyectarle tinta: En el silencio del departamento todo se magnifica, cada pequeño sonido es una araña de largas patas que avanza din detenerse, tejiendo redes en los poros de las paredes. Está bien.
Quieta y callada, recurres a algo de la magia que te queda. Algo arde al fondo de tus ojos, lava que se escurre de a poco. La retiras con cuidado, no vayas a llevarte con ella parte de la piel. Quieta y callada, enciendes uno de los mentolados. ¿De qué sirve fumar? No recuerdas ahora la utilidad pero es grato a la vista que las cosas adquieran tinte de video ochentero.
No es más temor de estar bajo el espeso bloque de silencio y quietud, es que el peso de los sonidos es otro, como otra la manera de asimilar las distancias, de entrar en los colores de las carencias o las vastedades que vas descubriendo.
Recién hablaste con Alfonso y te decía entre risas nerviosas que seguiría tu ejemplo, que su casa tiene los muebles verticales desde hace un año y ni ánimos de ponerlos como van. Sonríes. Antes hubieras querido ir al desierto, ahora prefieres ver tus deshielos en casa. Frente a ti dos de las sillas del comedor esperan para ser acomodadas. Te levantas, sacudes el polvo nuevo, el de hace dos noches. Pones la planta que acabas de comprar como centro de tu mesa.

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Soy un árbol que desea viajar en tren