martes, 16 de diciembre de 2008

Déjame contar esta historia

Déjame contar esta historia: esta historia que es peculiar, musical, completamente nocturna. Hojas caen de los árboles, cruza un aire un tanto violento a través de terrenos baldíos y yo estoy de pie y sigo soñando, disparando risas que salen de los ojos.
Una noche multiplicada, elevada a la décima potencia, qué se yo. Una noche como muñeca rusa, con noches miniatura en la boca del estómago y música inyectada como patas de caballo a galope que a veces es estruendo, a veces es murmullo y dentro de la misma noche listones de colores tapándonos los ojos, manos que estrujan así como acarician así como estorban así como se amarran.
Y en este viajecito que se está volviendo cotidiano, estás, encapsulado en una temporalidad ajena y miro tus ojos oscuros agigantarse en la luz, agigantarse en historias, poner violines a lo que me cuentas. Detrás de la puerta el mundo nos avisa que gira….giramos nosotros a destiempo, contratiempo, fuera del tiempo, esa es la idea. Lo que pase allá afuera no interesa a esta historia.

No hay comentarios.:

Soy un árbol que desea viajar en tren